Caseros comienzan a retirar sus pisos del alquiler social al rebajarse la renta a 450 euros

Caseros comienzan a retirar sus pisos del alquiler social al rebajarse la renta a 450 euros

La polémica rodea el recorte del 30% que el Gobierno Vasco ha impuesto a la renta que paga a los propietarios de los pisos apuntados al programa Bizigune, un parque de 5.000 inmuebles que han sido adjudicados a inquilinos de las listas del Servicio Vasco de Vivienda (Etxebide). Íñigo Maguregui, exdirector de Suelo y Urbanismo cuando se puso en marcha Bizigune, en 2003, alerta en su blog (Urbaniker) de que reducir de 650 euros a 450 el máximo mensual que reciben los dueños de los pisos puede disuadir a muchos de ellos de continuar en el programa de arrendamiento social o de apuntarse a él por primera vez.

A su modo de ver, el tijeretazo aplicado por el Ejecutivo de Vitoria al presupuesto del Bizigune -ha caído desde los 24,8 millones de euros de 2013 a 19 millones en 2014- hace más difícil que ese programa llegue a captar 5.750 viviendas dentro de dos años, objetivo establecido en el plan director 2013-2016. «Consideraría un logro que se mantenga en las 5.000 actuales», declara Maguregui a este periódico.

Al haberse reducido los incentivos, algunos propietarios que tienen que renovar ahora sus contratos de Bizigune por otros tres años más se están echando atrás. La rebaja no sólo afecta a la cantidad máxima que el Gobierno Vasco les puede pagar, sino también a las distintas escalas inferiores (la cifra mensual que percibe el titular de un inmueble oscila en función de las características y de la ubicación del edificio).

Del dilema al que se enfrentan los dueños de los pisos de Bizigune dependen lógicamente las expectativas de los inquilinos, que no pagan por el alojamiento más del 30% de sus ingresos. En números absolutos, Bizigune les cobra por termino medio algo más de 300 euros mensuales; a muchos de ellos, bastante menos. Sin embargo, esas personas y sus familias -que no pueden ganar más de 21.100 euros al año- tendrán que mudarse a otra parte si el inmueble donde han residido sale del arrendamiento social y el propietario aspira a cobrarles un alquiler de mercado libre, algo que muchas veces está fuera de sus posibilidades.

Mercado de arrendamiento

En el Gobierno Vasco aseguran que la rebaja de las rentas de Bizigune a los propietarios no ha sido «una medida conflictiva». Pero se están produciendo renuncias, aunque por ahora se desconocen las cifras oficiales. Es el caso, por ejemplo, de una joven alojada en un piso del barrio bilbaíno de Deusto. El dueño de la casa le ha avisado de que no va a seguir colaborando con Bizigune porque los 450 euros que le ofrecen ahora le parecen poco. Le ha pedido 700 si quiere seguir residiendo en el inmueble. La inquilina ha aceptado a regañadientes y con problemas -el Gobierno Vasco ya no le dará ninguna ayuda-, pero en cuanto pueda intentará mudarse a un piso compartido en la misma zona de la ciudad.

La viceconsejería de Vivienda ha anunciado alternativas de ese tipo para varios colectivos sociales de Euskadi. Otra solución es el programa ASAP de intermediación entre caseros e inquilinos, que ofrece a los primeros un seguro de impago si ponen sus pisos en alquiler y cobran sólo unas cantidades reguladas. Sin embargo, los aspirantes enviados por Etxebide a las escasas ofertas presentadas por ASAP hasta ahora las están rechazando porque lo que les piden les parece excesivo.

Bizigune es mucho más barato, pero su capacidad es limitada. Y, según Íñigo Maguregui, esa capacidad se puede reducir debido a que Bizigune ha bajado las rentas a los propietarios de pisos «más de lo que ha caído el mercado de arrendamiento».

A esa conclusión ha llegado el exdirector de Suelo tras analizar los índices desde 2007, ejercicio en el que los precios alcanzaron máximos en Euskadi. Entonces, el alquiler medio en Bilbao ascendía a 12,60 euros mensuales por metro cuadrado, mientras que en noviembre de 2013 se situó en 10,10 euros; es decir, se produjo una caída del 20%, frente al 30% aplicado por el Gobierno Vasco en Bizigune.

En San Sebastián, el descenso en el mismo periodo fue de 13,85 euros a 10,63 (-23,2%). El estudio carece de información sobre Vitoria desde 2007, pero sí a partir de 2011. Desde entonces, el alquiler ha caído en la capital alavesa de 9,5 euros por metro cuadrado a 7,75 (-18%).

Con estas cifras, Maguregui piensa que si la viceconsejería vasca de Vivienda hubiera querido adaptarse realmente a «la realidad del mercado», la renta máxima de Bizigune por los pisos contratados tendría que haber caído un 20%; es decir, de 650 euros mensuales aproximadamente a 520 euros, pero no a 450. «Es de sospechar -escribe en su blog- que sólo las viviendas peor mantenidas o peor localizadas se muestren dispuestas a entrar en el programa o a renovar en nuevas condiciones los contratos de alquiler».

El exdirector de Suelo se muestra escéptico sobre otros proyectos más baratos para movilizar vivienda libre hacia el arrendamiento asequible y, en concreto, sobre el programa ASAP. En su opinión, ese tipo de iniciativas ya existían en Vitoria y San Sebastián y no han rendido grandes resultados.