El mercado negro de alquiler de habitaciones aumenta por la crisis
Mar Ago 20, 2013 11:14 am
El mercado negro de alquiler de habitaciones aumenta por la crisis
Malabarismos: arte de manejar conceptos con destreza y agilidad. Esto es lo que hacen miles de personas para poder llegar a final de mes sin números rojos. Uno se las ingenia como puede para sobrellevar las dificultades económicas y se ha recuperado un recurso que parece dar efecto, alquilar un dormitorio de la vivienda.
Compartir piso ya no queda reservado como una actividad para jóvenes y estudiantes, la oferta se eleva año tras año desde que reventó la burbuja inmobiliaria y el perfil de arrendatarios e inquilinos amplia su abanico. Desde el ‘Diari de Tarragona’ se han encontrado más de un centenar de ofertas online de habitaciones en alquiler en la ciudad de Reus.
«Se alquila habitación para persona responsable y seria, se trata de compartir piso con familia de tres personas»; «Vivo sola, soy chica de 33 años trabajadora, busco compartir piso con gente de 29 a 35 años». Estos son solo dos ejemplos del nuevo perfil de arrendadores que pasa desde familias con una habitación vacía hasta personas a partir de 25 años que antes se podían permitir vivir solos y ahora deben alquilar un dormitorio para llegar a final de mes.
Para que esta actividad sea legal solo la pueden ejercer los propietarios de la vivienda con la condición de que se declare a hacienda el beneficio obtenido de alquiler de la habitación. Si lo que se quiere es realquilar una estancia, los inquilinos de un piso deberán contar con la autorización expresa y por escrito del propietario del inmueble. En caso contrario el propietario tendrá derecho a exigir una compensación por permitir el subarrendamiento y además la no autorización puede ser motivo de rescisión del contrato. En referencia a evitar declarar las ganancias a hacienda, el ingreso de dinero negro será penado con una sanción tributaria.
A pesar de esto en muchos ocasiones esta actividad se ejerce de forma ilegal. Este es el ejemplo de una persona que alquila una habitación de su piso -del cual es propietario- y prefiere mantener su nombre en el anonimato. Justifica que «declarar las ganancias a Hacienda me supondría una retención del dinero que no compensaría el alquiler, por lo cual el pago se hace en mano o se domicilia en una cuenta bancaria con el motivo a especificar falso, siempre evitando las palabras ‘alquiler’ o ‘piso’».
Hacerlo de este modo supone un riesgo, ya que cualquier contrato de condiciones queda invalidado y el inquilino no tiene porque cumplir con las normas. Aun así, una familia que alquila un dormitorio en su chalet prefiere «asumirlo». Para prevenirlo explican que «de entrada buscamos un inquilino de un perfil que nos inspire confianza, de unos 30 y con trabajo».
De hecho, la mayoría de las ofertas van destinadas a gente que se aproxime a estas características. En caso de las mujeres el perfil se amplía a estudiantes o trabajadoras partir de 21 años.
Esta actividad se esta extendiendo hasta el punto que en los escaparates de las inmobiliarias se pueden ver carteles con ofertas de alquiler de habitaciones.
Las viviendas de los distintos portales consultados suelen ser pisos en el centro de la ciudad, pero cada vez son más la oferta de habitaciones en un chalet. El precio medio del alquiler de habitaciones en Reus es de 200€ al mes con gastos incluidos y varía en función de las personas con las que se comparta el piso.
En resumen, retrocedemos en el tiempo hasta la década de los sesenta, donde compartir piso y alquilar habitaciones era algo que hacían parejas y gente adulta con toda normalidad.
Malabarismos: arte de manejar conceptos con destreza y agilidad. Esto es lo que hacen miles de personas para poder llegar a final de mes sin números rojos. Uno se las ingenia como puede para sobrellevar las dificultades económicas y se ha recuperado un recurso que parece dar efecto, alquilar un dormitorio de la vivienda.
Compartir piso ya no queda reservado como una actividad para jóvenes y estudiantes, la oferta se eleva año tras año desde que reventó la burbuja inmobiliaria y el perfil de arrendatarios e inquilinos amplia su abanico. Desde el ‘Diari de Tarragona’ se han encontrado más de un centenar de ofertas online de habitaciones en alquiler en la ciudad de Reus.
«Se alquila habitación para persona responsable y seria, se trata de compartir piso con familia de tres personas»; «Vivo sola, soy chica de 33 años trabajadora, busco compartir piso con gente de 29 a 35 años». Estos son solo dos ejemplos del nuevo perfil de arrendadores que pasa desde familias con una habitación vacía hasta personas a partir de 25 años que antes se podían permitir vivir solos y ahora deben alquilar un dormitorio para llegar a final de mes.
Para que esta actividad sea legal solo la pueden ejercer los propietarios de la vivienda con la condición de que se declare a hacienda el beneficio obtenido de alquiler de la habitación. Si lo que se quiere es realquilar una estancia, los inquilinos de un piso deberán contar con la autorización expresa y por escrito del propietario del inmueble. En caso contrario el propietario tendrá derecho a exigir una compensación por permitir el subarrendamiento y además la no autorización puede ser motivo de rescisión del contrato. En referencia a evitar declarar las ganancias a hacienda, el ingreso de dinero negro será penado con una sanción tributaria.
A pesar de esto en muchos ocasiones esta actividad se ejerce de forma ilegal. Este es el ejemplo de una persona que alquila una habitación de su piso -del cual es propietario- y prefiere mantener su nombre en el anonimato. Justifica que «declarar las ganancias a Hacienda me supondría una retención del dinero que no compensaría el alquiler, por lo cual el pago se hace en mano o se domicilia en una cuenta bancaria con el motivo a especificar falso, siempre evitando las palabras ‘alquiler’ o ‘piso’».
Hacerlo de este modo supone un riesgo, ya que cualquier contrato de condiciones queda invalidado y el inquilino no tiene porque cumplir con las normas. Aun así, una familia que alquila un dormitorio en su chalet prefiere «asumirlo». Para prevenirlo explican que «de entrada buscamos un inquilino de un perfil que nos inspire confianza, de unos 30 y con trabajo».
De hecho, la mayoría de las ofertas van destinadas a gente que se aproxime a estas características. En caso de las mujeres el perfil se amplía a estudiantes o trabajadoras partir de 21 años.
Esta actividad se esta extendiendo hasta el punto que en los escaparates de las inmobiliarias se pueden ver carteles con ofertas de alquiler de habitaciones.
Las viviendas de los distintos portales consultados suelen ser pisos en el centro de la ciudad, pero cada vez son más la oferta de habitaciones en un chalet. El precio medio del alquiler de habitaciones en Reus es de 200€ al mes con gastos incluidos y varía en función de las personas con las que se comparta el piso.
En resumen, retrocedemos en el tiempo hasta la década de los sesenta, donde compartir piso y alquilar habitaciones era algo que hacían parejas y gente adulta con toda normalidad.
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