País Vasco : Los pisos de alquiler social podrán ser compartidos por varios inquilinos

Los pisos de alquiler social podrán ser compartidos por varios inquilinos

El Gobierno ensaya un programa para personas que no pueden hacer frente a un arredandamiento completo porque les resulta muy elevado.

El objetivo es dirigirlo a menores de 35 años que buscan la emancipación y a grupos desfavorecidos.

Se firmará un contrató con cada uno de los inquilinos por alrededor de 200 euros.


En la actualidad, en Vitoria hay más de 800 viviendas de protección oficial (VPO) vacías. Se han construido tantos pisos en la capital alavesa en la última década que ahora no se pueden colocar. La crisis económica ha atropellado a los posibles aspirantes, ciudadanos que incluso han tenido que rechazar las llaves del piso que les había tocado pocos días antes de formalizar la escritura. En un intento de que esas viviendas sean ocupadas paulatinamente, el Gobierno va a poner en marcha un programa para que los pisos destinados al alquiler social puedan ser compartidos por varios inquilinos. Se trata de permitir que personas que no pueden hacer frente a un arrendamiento completo porque les resulta muy gravoso puedan seguir disponiendo de un piso, aunque el precio sea compartirlo contras personas.

Miren Saratxaga, directora de Planificación y Procesos Operativos de Vivienda en el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco, recalca que la idea del programa es dirigirlo a jóvenes hasta 35 años que buscan la primera emancipación, y a grupos desfavorecidos, donde caben desde personas mayores, separados,víctimas de violencia de género. Todos con el denominador común de no disponerde suficientes recursos económicos. "Se trata de dar una solución imaginativa a la vivienda vacíua y a la vez dar opción a personas que no pueden permitirse pagar un alquiler social. Es una forma de que accedan a una vivienda compartida, más asequible".

Es el caso de Andrés L., que a sus 36 años ha visto mermados sus ya de por si escasos ingresos como repartidor. La posibilidad de acceder a un piso de alquiler social compartido, pagando un máximo de 200 euros (el Gobierno ultima la cifra), es muy bien vista por Andrés. "No puedo plantearme ni pagar un alquiler social completo (puede superar los 300 euros). Siempre te gusta más disfrutar de tu propia casa en intimidad, pero lo más importante para mi es no tener que volver con mis padres. Quiero seguir disfrutando de mi vida con la independencia que te da tu propia casa, aunque sea solo una habitación y cocina compartida con una o dos personas más".

La directora de Planificación reconoce que la fórmula más social es la promoción de pisos en alquiler y no en propiedad, pero "en este momento resulta muy difícil reorientar toda la política" hacia el alquiler debido a la falta de ingresos que eso supone. Por eso, uno de los objetivos es seguir impulsando el alquiler, como el programa Bizigune, que capta pisos vacíos para ponerlos en el mercado con rentas protegidas o potenciando opciones como el alquiler con opción de compra de una VPO.

Mientras, Andrés L. espera esta nueva oportunidad. "Al final, hasta puedes hacer buenas migas con tus compañeros de piso. Lo vital es seguir teniendo tu propio techo porque eso te permite ser dueño de tu vida y seguir planificándola".

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El Gobierno vasco prepara un programa para compartir viviendas protegidas de alquiler

El Departamento de Empleo y Políticas Sociales está preparando un programa para compartir viviendas protegidas de alquiler que espera esté listo a finales de este año y que irá destinado a jóvenes menores de 35 años y personas en situación de "desventaja social y económica".

GASTEIZ. Esta consejería está en estos momentos estudiando el tipo de viviendas que podrán participar de este programa de pisos compartidos así como el número de las que se destinarán al mismo, según ha explicado el responsable del Departamento de Empleo y Políticas Sociales, Juan María Aburto, en una respuesta parlamentaria por escrito al grupo EH Bildu.

Este programa irá dirigido, "inicialmente", a jóvenes menores de 35 años "en situación de primera emancipación por contar con recursos derivados de una actividad laboral y personas en situación de desventaja social y económica".

Aburto considera que son estos los colectivos a quienes "más puede facilitar el acceso a una vivienda este programa y mejor encajan con sus características".

Una vez se ponga en marca esta iniciativa se analizarán los resultados y se estudiarán los cambios necesarios. Esa evaluación determinará el alcance y duración del programa.