Proliferan los anuncios de alquiler de habitaciones a cambio de sexo

«Alquilo habitación a cambio de amistad, sexo y posible relación. Soy chico joven y guapo de 29 años. Sólo mujeres de 20 a 30 años sin pareja. Playa a unos 500 metros», expone un anuncio de un piso de la Arrabassada, en una página de internet. Otro ejemplo, este de Bonavista: «Soy chico de 36 años majete y agradable. Ofrezco alojamiento y comida a mujer limpia y ordenada, a cambio de sexo una o dos veces a la semana. Sobre todo buen trato y respeto».
Son sólo dos muestras de la proliferación de anuncios de trueque de casa o piso a cambio de sesiones de sexo, una versión extrema, oscura e ilícita de nuevas formas de alojamiento. «Lamentablemente cada vez hay más gente aprovechándose de la situación y usan estas tretas. Somos conscientes y borramos anuncios así cuando los vemos», explican en Idealista, un portal que no permite reclamos de este tipo.
 
La aclaración: ‘No sexo’


En otras páginas, sin embargo, sí que abundan. La crisis dispara la necesidad y también ha agudizado el ingenio de personas que quieren sacar partido de esas situaciones de vulnerabilidad. Se trata de un fenómeno procedente de Estados Unidos y Francia, muy extendido en las grandes ciudades y cada vez con más presencia en Tarragona. Tanto han abundado estos anuncios que en muchos otros, los tradicionales, se requiere la aclaración de ‘no sexo’.
Basta con teclear en ‘Google’ «habitación por sexo» para que se desplieguen largos listados de clasificados. «La crisis potencia las fórmulas alternativas de alojamiento. Con el crecimiento de las habitaciones compartidas de piso va aparejado un aumento de las prácticas fraudulentas, engañosas e ilegales. Las dificultades económicas del país empujan a todo tipo de exploraciones», diagnostica Eduard Andreu, director comercial de Idealista.
«Es un poco escabroso, un ejemplo de que el alquiler se puede convertir en un abuso, en una humillación. Me parece algo perseguible. Una cosa es llegar a un acuerdo en el que el usuario ocupante no paga rentas a cambio de hacer unas obras, por ejemplo, que es algo regulado, como la masovería urbana, como una nueva fórmula de arrendamiento, y otra cuestión es ofrecer sexo», explica Manel Sosa, secretario de la Cambra de la Propietat Urbana.
 
Fontanería a cambio de sexo

Hay anuncios de todo tipo y con redacción diversa. A veces más directos, y otras veces camuflados, suficientemente abiertos. Una muestra: «Habitación gratis para chicas a cambio de compañía y favores», brinda un anuncio desde Vila-seca. Los ofertantes suelen oscilar entre los 30 y los 40 años. A veces, en otra variante, algunos se ofrecen de ‘manitas’ a cambio de sexo. Escribe un hombre de 37 años desde Salou: «Mujer, te arreglo todos los desperfectos de tu piso, fontanería, albañilería, electricidad. Sólo tienes que pagar los materiales, la mano de obra a cambio de sexo».
En otras ocasiones, es el que redacta el anuncio quien se ofrece, como en este caso de Salou: «Chico español esbelto y muy atento se ofrece a señora que le dé alojamiento y comida. Yo cocinaría y limpiaría y soy muy buen amante. Siempre he sido muy trabajado pero esta crisis ha sido demasiado larga». Otro ejemplo, de Vila-seca: «Habitación a cambio únicamente de compañía y favores. Solo para chicas. Piso amplio y luminoso. Yo chico de 35 años».
 
Necesidad de alojamiento

Eduard Andreu dibuja así este fenómeno, que en parte está sometiendo a cambios el mercado inmobiliario, más allá de las ofertas de sexo: «Nos está impactando el fuerte crecimiento de la sección de nuestro portal basada en compartir piso y alquilar habitaciones. La creamos pensando en estudiantes y hemos visto que coge una gran intensidad de uso. El perfil de usuarios no ha dejado de crecer, de los 20 años a los 30 y más. Ya no hablamos de estudiantes sino de gente con una necesidad de alojamiento».

http://www.diaridetarragona.com/noticia.php?id=22074

patéticos desesperados quienes pongan el anuncio y patéticos sin dignidad quien acepte